En las primeras páginas del libro
aparece un mapa de la zona. Es un mapa muy simplificado, dibujado prácticamente
de memoria. En realidad toda la zona junto al Atrato Medio es una sucesión de
ciénagas y caños, que deja elegir si se va a navegar por el Atrato o por la
selva. Si lo revisan verán que una orilla es Antioquia, y la otra, Chocó.
Sin embargo, para la mayoría de
los antioqueños, decir que esas tierra calientes junto al Atrato, con su
población negra e indígena, son Antioquia, es una herejía, y un insulto. La
geografía no cuenta, es el prejuicio, y para ellos, antioqueño es solo el de
carriel, alpargates y ruana, el que practica la arriería o siembra maíz
en las montañas. Y así, esa zona de Antioquia de gente negra está olvidada por
los antioqueños, y no es Chocó para los chocoanos. Se han quedado en el limbo.
A mí me contaron una historia,
como me la contaron se la cuento.
Aún no se había hecho la
carretera al mar. Estaban reunidos bebiendo el gobernador de Antioquia y el del
Chocó en Carmen de Atrato. Cuando ya estaban borrachos, el gobernador del Chocó
le dijo al de Antioquia:
-Hombre, al Chocó le vendría muy
bien tener unas tierras altas como éstas, donde se pudiera practicar la
ganadería.
Y el de Antioquia le dijo al del
Chocó:
-Hombre, Antioquia necesita una
tierra que le de salida al mar.
-Pues listo, hombre, le cambio
las tierras de Carmen de Atrato por las tierras que van desde Urrao
al
Atrato.
Y allí mismo trajeron papel y
pluma, y pusieron el cambio por escrito. Pero cuando iban a firmar el
antioqueño dijo:
-Oyes, pero las tierras que yo te
estoy dando valen más.
-No hay problema, hombre, te
encimo un peso.
Y así fue como los antioqueños
cambiaran las tierras que van de Urrao hasta Palo Blanco y Murindó por las
tierras de Carmen de Atrato, y un peso.
Desde ese cambio, por la trocha
de Urrao a Vegáez cifcularon los trenes muleros, y así se movía el
cacao, la panela, los quesos bajeros, los cueros. En Vegáez los echaban en
canoa hasta el Atrato, y de allí las lanchas los llevaban hasta Cartagena.
Pero cuando se abrió la carretera
al mar, esa trocha se murió. Ahora es casi imposible de caminar, imposible para
las mulas, y un andador puede gastarse 3 días desde Vegáez a Urao.
Y Antioquia se olvidó de que esas
tierras son Antioquia, y de que esos negros y esos indios son antioqueños.
Por eso, cuando hablo de esa
zona, aunque insista que es el Atrato Medio Antioqueño, los paisas me dicen:
"Ah, sí, el Chocó"
Al final, ellos mismos,
rechazados por Antioquia, se sienten chocoanos, porque ser negro y chocoano se
siente lo mismo. Y esas tierras, sin carreteras, sin servicios, son las más pobres de Antioquia y del Chocó.
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